Reflexiones al rededor de una imagen

 "Dicen que soy héroe,

yo débil, tímido, casi insignificante, 

si siendo como soy hice lo que hice,

imagínense lo que pueden hacer todos ustedes juntos."

Gandhi

2:40 de la mañana en Bogotá, 2 de abril de 2010, lo que a ojos vistas nada quiere decir. 

Se supone que hace 1977 años Jesús el Cristo fue clavado en una cruz y murió en ella después de mucho padecer. Desde ese momento y hasta ahora millones de personas le agradecen por tamaño sacrificio. Se dice que murió por toda la humanidad, asunto tremendo en esta época en la que las personas no se sacrifican ni por ellas mismas, vaya y haga cuentas si lo harán por la humanidad, De las primeras preguntas que se hacen es algo como "qué ha hecho la humanidad por mi" y claro, es evidente que la respuesta es: NADA.

Quiero dejar algo bastante claro desde ya, soy ateo, no creo en Dios, no creo en Alá, no creo en Uribe, así él esté en todas partes, haga lo que se le de la gana y salga ileso, como un dios. En fin no creo en ninguna sustancia superior, creo en cambio en los seres humanos, en su capacidad de amar, de transformar, de construir. Creo a pie juntillas en lo que señaló el alma grande Gandhi:

"No debemos perder la fe en la humanidad que es como el océano: no se ensucia porque algunas de sus gotas estén sucias." 

Es cierto que esas gotas hacen mucho ruido y parece que fuesen muchas, pero en fin, creo que la humanidad está llena de posibilidades de liberarse a si misma. Parece que me contradigo, hace un momento dije que la gente es altamente egoísta y luego dije que creía en la humanidad, pero en ese mismo momento dije que creía en la humanidad en tanto que tenía posibilidades de liberarse a si misma y ahora agrego, de si misma.

Es que para mi es claro que no hay otro amo para los seres humanos que sus vicios, su vanidad, su necesidad de dominar, pero nada de esto es inherente a los seres humanos, ya lo señalaba el maestro Kong "Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos." y el despojarse de esos vicios es tremendamente difícil... 

Ahora bien, la imagen que he puesto arriba muestra a un hombre que está de pié, cae y se levanta. Es un practicante de Aikido, el arte de la paz. Me parece tremendamente significativa esta imagen, un hombre que estando en pié cae y se levanta. Un hombre que es crucificado para que se levante un pueblo, un hombre que es asesinado para que su país sea libre y un hombre que es desterrado para que las personas entiendan que la integridad ética les salvará, aun cuando las condene.

Jesús, Gandhi, el maestro Kong hicieron el sacrificio perfecto. Cuántas más desde el anonimato lo hacen. Cuantas madres, cuántos padres, cuántos hombres y cuántas mujeres. Las cosas cotidianas parecen insignificantes en un momento de globalidad en el que cada vez somos menos visibles.

Creo que es claro lo que trato de decir, pero quiero cerrar este asunto con las letras de un hombre que ha colaborado en la transformación de mi manera de pensar, de actuar y de vivir. Hablo de Morihei Ueshiba (digo una de las personas porque son muchas más, Ruth Amaya, Alvaro padre e hijo, Zoraida, Juliana, Rosa E, Diana, Bibi, mi abuela, mis tías y mi madre, que de no haber hecho su sacrificio perfecto yo no estaría por estos lares, y un interminable etc que no implica menor importancia sino intención de no aburrir a quien me lea.) La frase pues de Osensei se refiere a cómo debemos ser como humanos, nuestra integridad, nuestra forma de pensar, actuar y ver el mundo. No buscar el derrotar al enemigo mediante la fuerza, sino darle el amor que tenemos para todos nuestros/as amados/as:

El Arte de la Paz es el principio de la no resistencia. Porque no es resistente, cuenta desde el comienzo con la victoria. Los que tienen malas intenciones o pensamientos pendencieros son derrotados instantáneamente. El Arte de la Paz es invencible porque contra nada lucha.

Una doctrina que nos vienen repitiendo desde los anales del tiempo y que seguimos desoyendo.